Caja, guachara y acordeón son los
instrumentos más representativos de un pueblo y de una nación Colombiana. Y
tres grandes de este país Alfonso López Michelsen, Consuelo Araujo Noguera y el
Maestro Rafael Escalona, decidieron en una tarde de tertulia en que era hora de
hacer algo para que todo ese acervo cultural y musical no desapareciera en el
tiempo y decidieron crear el Festival de la Leyenda Vallenata.
En donde se recrearían toda la
magia de una tierra donde los mitos, las costumbres, las propias vivencias y
una riqueza lingüística y oral nutren el día a día, la literatura donde se
tejen las letras y las melodías del vallenato.
El vallenato además de ser el
gentilicio popular de los nacidos en el valle de upar, es también un modo de
ser, un estilo de vida y básicamente el género musical que comprende los cuatro
aires o ritmos típicos de esta región y representa las vivencias personales de
su autor y el sentir de pueblo como fiel imagen del mestizaje del cual son
producto todos.
La trilogía Vallenata, es decir,
los instrumentos que conforman el conjunto vallenato, nace de la mezcla de tres
culturas, la española, la africana y la indígena. El acordeón representa la
influencia europea, la guacharaca la influencia de nuestros aborígenes y la
caja representa la africana. Actualmente es la música con mayor fuerza y
trascendencia en nuestro país porque, además de representar nuestro origen, ha
sido capaz de soporta el embate de la comercialización de las casas disqueras.
El hombre del valle de upar no
necesito de maestros que fueran de pueblo en pueblo enseñando la ejecución de
este instrumento como algunos han pretendido. No es un accidente, el hecho de
que este el país del canto vallenato, la tierra de los turpiales, los tambores
y sobre todo, la tierra de los cantores
que desde la antigüedad reemplazaron a la desconocida escritura. Solo un
siglo después de haber conocido el acordeón, posea los mejores intérpretes del
mundo.
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